domingo, 31 de marzo de 2013

Nunca Pensé Que Pasaría ...



Nunca Pensé Que Pasaría 





Sinopsis. 

decía  


Justin había obtenido la oportunidad de su vida al estar en el mismo elevador que ____(tn) Kent antes de que la chica dejara para siempre la ciudad de Manhattan donde ambos habían crecido. Enamorado perdidamente de ella encuentra esto como la última vez de verla de frente, aunque fueran tan solo unos segundos.



Quién diría que el poder divino le ayudaría a pasar 8 horas con la que había sido la chica que le había robado el corazón y la que apenas sabía de su existencia. 














El comienzo.


Hoy era el día. ____(tn) Kent, partiría a Suiza para estudiar su tan ansiada carrera como actriz. No es que aquí, en Nueva York no hubiera buenas escuelas, pero conociendo el gusto de la chica sabía que pediría lo mejor. Y en verdad se lo merecía. 


Su padre era el cirujano plástico más solicitado en esta gran ciudad y era muy codiciado por las solteras y divorciadas del distrito. Puede decirse que desde que la madre de ____(tn) murió, las mujeres le han llovido al doctor Kent, no solo por ser considerado “lindo” como dicen muchas, sino también por su fortuna y mi madre lo sabía. Y esa era la razón por la que yo conseguía tanta información, por mi linda mamá, dueña de todos los chismes de la sociedad en la que vivíamos. A veces me asombraba el hecho de que sabia cosas realmente intimas y más aun que las contara sin pudor alguno, pero bueno, así es mi madre, no puedo culparla de tener una boca tan grande.


Revisaba con cuidado mi correo, esperando noticias de Carl y Yale. Así es, yo también me preparaba para dar un paso grande a mi futura carrera de pediatría. Y bueno, la escuela no estaba tan lejos de casa y eso en parte me agradaba. No quería dejar a Melinda sola con mis padres ya que conociéndola, se volvería loca. La verdad es que ella no tenía una gran relación con ellos.


New Haven—donde se encontraba Yale— sería el paraíso en sí, ya que gozaría de un departamento solo para mí. Amaba encontrar independencia por primera vez en mi vida. Pero aun así, la idea de que ____(tn), se fuera de aquí me hacía sentir el estomago revuelto.


Seguía reprendiéndome en la mente, diciéndome que ella ni siquiera sabía de mi existencia o si sabía, solo que nunca hemos hablado, excepto esa vez en preescolar donde se me cayó un lápiz y ella me lo dio, con una sonrisa. Nunca olvidare la manera amable en la que me vio. Fue linda conmigo a pesar de que me decían “Justin pantalones—rotos” aunque esa es una historia diferente.


Llevaba sus típicas coletas adornadas con moños en combinación sus múltiples vestidos. Hice una mueca al estar recordando cosas que habían pasado hace más de 10 años. Era obvio que aquella chica se había olvidado de todo eso y yo parecía un idiota recordando esas tonterías. Sin embargo era difícil de olvidarla sabiendo que ella era mi vecina y que mi madre y su madre solían ser muy buenas amigas, creo que hasta fueron a la Universidad juntas.

Manhattan solía ser pequeño a veces. Cuando supe que mi primo Connor estaba pretendiendo a ____(tn) supe eso. Manhattan era tan jodidamente pequeño. Pero claro estaba que mi primo ni ella tenían la culpa de que yo me estuviera atormentando con estos pensamientos. Es decir, sabía desde siempre que esa chica nunca me miraría. No era su tipo. Connor si lo era. Fuerte, jugador de americano, bronceado. Todo lo que una chica puede desear, según Seventeen, o bueno una de esas revistas que mi hermana adora comprar.

Recuerdo como si fuera ayer cuando vi a mi primo, esperando en la puerta del pent—house de ____(tn) con flores y un traje, ¿Cuándo fue que empezó a usar eso? Siempre usaba pantalones cortos y camisas de tirantes, según él para mostrar musculo. SIEMPRE.


Y entonces ella le abrió, vistiendo un hermoso vestido de flores y con una sonrisa en aquellos carnosos labios. Tomo las flores y las olio. En mi ardía algo que después descubriría se llamaban celos ya que gracias a mi enamoramiento por esa chica, nunca había estado con otra persona y no sabía el significado de esa palabra tan mortífera, tenía solo 15 por el amor de Dios.


“Deja de espiarla, idiota” habían sido las palabras exactas de mi hermana, pegándome con un libro en la cabeza. Si, ella sabía de lo que sentía acerca de esa capitana de porristas y le hice jurar que no diría nada. Ese acuerdo con “te daré todo el chocolate que quieras” a los 8 años había valido la pena. Bueno aunque ahora habían cambiado por “Llévame de compras a tal parte”.


Saque mi Iphone para llamar a Carl, del cual no había recibido noticia alguna y no estaba conectado en Facebook. Vaya eso era raro, demasiado raro en el. Pero me mandaba al buzón. ¿Qué diantres estaba haciendo?

Entonces tal vez tendría que ir a visitarlo a su casa, para ver si se dignaba a contactarse conmigo. Carl había sido mi primer y único amigo después de que regrese de aquella espantosa academia militar. En si desde el primer día supimos que nos volveríamos grandes amigos al estar ambos en primera fila de la cafetería esperando la tarta de los miércoles. Carl era italiano y me agradaba el acento tan extranjero que tenia, y más que hacía que las chicas se nos acercaran, claro. Miraban mas a Carl, pero yo gane una que otra novia gracias al que ya consideraba mi hermano. Juntos iríamos a Yale y sabia que esta sería una prueba para nuestra amistad pero en verdad sabia que la podíamos superar.

El sabia de mi eterno enamoramiento por ____(tn) por lo que nunca se acerco a ella y a ninguna de sus amigas, era por eso y porque ellas tenían a sus deportistas musculosos, los que evitábamos a toda costa.


Bueno excepto Ali —como casi todos en el mundo la llamaban, pero en si yo prefería mas ____(tn)— que tenia a mi primo Connor. Aunque conociendo a ese chico, la había estado engañando desde la tercera cita, cuando supe que se había acostado con una chica mayor de 17, ¿Cómo era que se llamaba? Quién sabe. Pero no podía reclamarle al chico. Yo no conocía a ____(tn) y luego el sospecharía. Así que lo deje pasar, y lo he estado dejando pasar desde ese tiempo. Para ser exactos por 3 años. De hecho. Han pasado 3 malditos años juntos. No sabía muy bien que pasaba entre ellos, pero para ser sinceros, ____(tn) no lo merecía. Si supiera lo que le hacía cada vez que se iba con sus amigas.


Mande como 10 malditos mensajes en el buzón de Carl y me desespere. Vaya idiota. Deje el celular en la mesa de aquella computadora de escritorio para ir en busca de mi mejor amigo.


—Mamá, voy a salir, no tardo. —ahora estaba en la entrada de mi casa,


—Está bien hijo, pero regresa antes para despedirnos de Ali —comento y trate de ahogar una risa. “Gracias madre, ahora no volveré hasta la cena para no tener que verla cuando deje este lugar y me duela menos el hecho de que ya no la volveré a ver”


—Claro. —fue lo único que conseguí decir y salí de la casa dando un portazo dirigiéndome al elevador.


¿Cómo sería la vida sin ____(tn) Kent en mis pensamientos? No lo sabía, pero pensaba y Carl también lo hacía, que un cambio en mi sería mucho mejor ahora que estaría alejado de esa chica succiona mentes.


Solo faltaban unas horas, pero no. No podía verla irse sin siquiera haberle hablado alguna vez. No lo soportaría y la culpa me comería. 



Oprimí el botón del elevador para poder bajar y buscar a mi mejor amigo. ¿No sabía que lo necesitaba en mis momentos dramáticos? Pero bueno, esto era como cuando te golpeabas y te salía una herida, después te ponían el desinfectante y cuando creías que era el peor dolor del mundo, dejaba de arder y te sentías mejor. Esperaba que así fuera mi reacción.


Me adentre al elevador, el cual gracias al cielo no tenía a ninguna persona y suspire, oprimiendo que bajara al primer piso. La puerta se iba a cerrar cuando observe como una mano la detenía.

No podía ser cierto.



____(tn) Kent se había adentrado al elevador, el mismo en el que yo estaba. No sabía cómo reaccionar así que le devolví la hermosa sonrisa que me había dado, solo que un poco más torpe. El silencio reino y mientras ella observaba a la nada, pude apreciarla mejor. Tal vez así terminaría nuestra historia. Con una simple mirada y una sonrisa. Bueno, parecía estar de acuerdo con eso.



Hasta que todo se apago en el elevador. Esta cosa se movió, haciendo que nos tambaleáramos y de repente no se escucho nada.




—¿Qué demonios? —dije y caí en la cuenta. Estábamos atrapados en este lugar.




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   1 hora.


Esto es estúpidamente estresante. Aquí estoy varada con Justin Bieber, el cual se mantiene callado como si le pagara por no emitir sonido. ¿Por qué me pasa esto a mí? No es suficiente que mi celular se haya caído a un charco y haberme dado cuenta de que Connor me era infiel, no. Tenía que quedarme encerrada en este maldito elevador. Sin teléfono para llamar y sin una compañía un tanto más…agradable. 

Chasqueo mi lengua y me siento en la otra esquina del elevador, que gracias al cielo es amplio y finjo estar muy ocupada en mis uñas. Lo bueno era que Suiza y sus chicos sexys me esperaban, y eso era lo único que me daba calma.

Vi como el rubio se sentaba en la esquina enfrente de mí pero no me miraba. La luz había vuelto cinco minutos después de estar aquí y yo con mi tono amable le había preguntado si traía su teléfono. El se encogió de hombros y respondió un “Lo olvide” Claro, si era igual que su primo. Olvidaba cosas importantes como fechas de aniversarios, san Valentín e incluso mi cumpleaños. 

—¿Crees que nos saquen pronto de aquí? —le pregunte para romper este odioso silencio que se formaba. El como respuesta se encogió de hombros. —Wow, sí que eres un hombre de palabras —dije molesta y comencé a inspeccionar mi bolso Channel. Solo había mi ipod rosa, unos lentes de sol Dolce & Gabbana y cosas insignificantes. 
Pegue mi cabeza a la pared de atrás y suspire. Mi vida iba de mal en peor desde que mi padre me había anunciado que se casaba de nuevo.

No es que no estuviera feliz por él, claro que lo estaba. Solo que su chica, era nada más y nada menos que la directora del infierno al que fui por tres años. La directora Anna Mackenzie. Pensé que cuando saliera de ahí, ya no tendría que ver su seño fruncido y oír sus comentarios sobre mi vestimenta según ella poco convencional. Ahora la vería en mi casa todos los días, o bueno, solo cuando viniera a visitar a mi padre en días festivos. Y esa idea no me agradaba mucho, pero cuando veía a mi padre tan feliz con aquella mujer, en parte me agradaba que ella fuera parte de su vida.

Después estaba Connor. Ese maldito sin gusto por la moda. Era 3 años mayor que yo y aun así y a pesar que creyera que Coco Channel era un sabor de helado, lo amaba. O bueno eso lo hacía hasta saber que hizo abrirse de piernas a Caroline Smith, esa idiota que no tendrá vida social en los próximos años, de eso me encargo yo.

Yo que me quería alejar de todo lo relacionado a ese bastardo, y venia a quedar encerrada en el mismo elevador que su primo, Justin Bieber. Era lindo con su apariencia despreocupada y esos jeans que no faltan en ninguna temporada, sin embargo tenía el apellido Bieber. en la frente, y con Connor como máximo exponente de aquel nombre era mejor estarse con cuidado de rubios con lindo rostro.

Aquel chico nunca en la vida me había hablado y eso me sacaba de quicio. ¿Se creía el mejor de todos como para no dirigirme la palabra? ¡Pero si yo era ____(tn) Kent! Nadie se había resistido a mis encantos. Solo él y su amigo, el tal Carl. Pero ese chico no era de mi tipo, le venía mejor a Kim o a alguna de esas putas que solo querían diversión por un rato. 

Pero no dejaba que se mostrara mi furia contra él. Era mejor que permaneciera como un ignorado para mí. Sin embargo semana después del funeral de mi madre había estado presente en mi mente y Justin participaba en mis pensamientos. No podía creer que después de…eso. Me hubiera ignorado como si nada. Como si no importara. 
Pero eso no me afectaba ya… bueno no tanto.

—Tenemos que hacer algo para salir de este jodido lugar —dije y me puse de pie, comenzando a golpear la puerta— ¡¡Ayuda!! ¡¡Nos hemos quedado encerrados!! —gritaba pero no recibía respuesta alguna. Mire a Bieber de reojo y el estaba con su vista en otro lado. —¿Me vas a ayudar o te vas a poner a pensar en la inmortalidad del cangrejo? —dije furiosa y él se paro, mirándome.

—Son las 8 de la mañana, ____(tn). De un Domingo. El conserje llega hasta el lunes y no creo que nadie nos oiga en un rato. —me tense al escucharlo decir mi nombre. No sabía porque, sin embargo se sentía lindo que lo dijera a pesar de hacerlo en forma de cretino. 

—Si bueno, pero debes intentarlo. ¿Qué tal si pasa una buena persona y nos ayuda? —conteste y seguí golpeando la puerta, el estaba detrás de mí y estaba invadiendo mucho territorio personal, me revolví un poco y el comenzó a golpear la puerta, a mi lado.

—¡¡Ayuda!! ¡¡Estamos encerrados en el elevador!! —dijo y supe que solo lo hacía para evitar que le gritara. —¿Contenta? Ahora si me permites, comeré un poco de chocolate —dijo sacando una barra de su pantalón y me comencé a reír. —¿Qué ocurre? —pregunto confundido.

—¿Quién lleva una barra de chocolate en su bolsillo? Eso es tan anti—moda. —dije haciendo una mueca de asco hasta que descubrí que era chocolate blanco, tal vez se dio cuenta de mi mirada de hambre que el sonrió divertido.

—¿Disculpa que decías? —dijo riendo y mordiendo un poco. Mi mirada de deseo paso del chocolate a sus labios, pero después sacudí la cabeza, recobrando la compostura. 

—¿Me darías? —dije tratando de usar el típico manejo de uno de los mechones de mi cabello y pestañé hacia él. El bufo.

—Justin no comparte comida —contesto y lo mire sorprendida. Nadie me había rechazado de tal manera, y menos por la comida. Esto era inaudible.

Fui hacia él y trataba de quitarle aunque fuera un pedacito, pero me esquivaba, maldita la hora en la que los hombres crecían más que las mujeres. Daba pequeños brinquitos para alcanzarlo.

—¡Dame una maldita mordida de ese chocolate! —dije poniendo una de mis manos en su hombro izquierdo y con mi mano derecha tratando de alcanzar el chocolate.

—¡Pídelo bien! —dijo riendo ante mi inútil esfuerzo y yo cansada me aleje.

—Atragántate con el chocolate —dije volviendo a mi asiento, derrotada como cuando Melinda Bieber me golpeo en la nariz estando peleando por el mejor vestido de Stella McCartney. Otra Bieber con la que te tenías que andar con cuidado. 

El se sentó a mi lado y pude oler la colonia que llevaba. Le daba un toque juvenil y al mismo tiempo de alguien duro. Partió la barra y me dio el pedazo más grande, sin mirarme por supuesto. ¿Era tan tonta como para que ni siquiera me mirara a los ojos? 

—Gracias—. Conteste con enojo en mi voz y me dispuse a comer el chocolate en silencio. Suspire y cuando voltee a mirarlo, el me miraba de la misma forma. Solo que tiempo después volteo su rostro y siguió comiendo.
Bueno, eso ya era un avance. 





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2 Horas 

Soy un estúpido y eso, estaba seguro, se ve desde millas de distancia. ____(tn) se había dado cuenta de que la miraba, ¿ahora qué pensaría? Realmente trataba de mantener mi distancia con ella en escuela, eventos sociales, en casa, en todos lados. Pero aquí era imposible no poder quitar mi vista de lo que era aquella chica de cabello negro. Ambos terminamos con la barra de chocolate y nos quedamos en silencio, ella tenía abrazadas sus piernas y yo solo miraba a la nada. Dirigí mi mirada hacia arriba y supe que había una puerta de emergencia. ¡Bingo!
—Mira hacia arriba. —le dije y ella me miro confundida, pero lo hizo. Una sonrisa —hermosa como ella, por cierto— se vislumbro en su rostro y se paro rápidamente.
—¿Como haremos para alcanzar abrirla? —pregunto y me di cuenta de que era realmente bajita. Bueno yo media 1.80 por lo que le llevaba máximo 15 centímetros. Me dio risa ver sus pies y notar que ya no llevaba las botas que la hacían ver más alta, y que sus pies se adornaban de calcetines perfectos para una niña de 8 años. Ella bajo su mirada hacia donde estaba  y se sonrojo a tal grado que no sabía si era de vergüenza por usar esas lindas figuritas o de enojo por burlarme de ello.
—La única manera de eso tendría que ser cargándote —dije cambiando el tema para que ella no me alcanzara a golpear. 
Hizo una mueca, como de no estar segura y eso me pareció adorable, créanme. Después de ver aquellos calcetines, todo me parecía ser adorable en ella desde ahora.
—Si quieres salir, es la única manera, Ali. —dije
—____(tn). Dime ____(tn). —contesto mirándome seria.
—¿Por qué no Ali? Es lindo —conteste y a pesar de que estaba de acuerdo en llamarla ____(tn), quería saber el porqué de su cambio tan extremo de actitud.
—Ali es un apodo idiota, hecho por personas idiotas que no valen la pena ser recordadas. —dijo y en ese momento no supe que decir. No sabía quien había creado el apodo, pero cualquiera que fueran aquellas personas “idiotas” como decía, merecían estar enterradas. —¿Seguro puedes cargarme? —pregunto y yo asentí, alejando esos pensamientos para rato.
—Ahora necesito que te subas a mi espalda —conteste poniéndome de espaldas a ella, esperando que lo hiciera. 
—¿Estás seguro que puedes hacerlo Justin? No sé, no te quiero dañar la espalda y que quedes mal o algo así. —casi quise reír. Esa chica era demasiado delgada como una modelo de esas que mi hermana idolatra. 
—Hazlo ____(tn). Estoy seguro de que aguantare, no soy tan enclenque como me imaginas. —fingí seriedad.
—Perdón yo no…—iba a disculparse y lo sabía a lo que yo me reí.
—Estoy bromeando, sube. —voltee mi cara y le di una sonrisa. Ella cerró los ojos y suspiro. ¿Qué tenía? Quién sabe. Subió lentamente a mi espalda y como lo calcule, no pesaba nada. —Bueno, ahora sube a mis hombros—comente y ella subió una pierna ahí y después puso la otra en mi otro hombro, casi topaba al techo, pero gracias a Dios no lo hizo. 
—Odio las alturas. —la escuche susurrar y sonreí. 
—No te apures, te agarrare fuerte. —comente mientras ella me respondía un tímido “de acuerdo”.
Esto era una de las pocas veces en las que había tenido tanto contacto con ____(tn) y en parte me gustaba. No lo sé, tal vez Dios se apiado de mí en el último minuto y me hizo quedarme con ella aunque fueran unas horas. Y se lo agradecía. 
—Ya encontré la manija para poder abrir —dijo y asentí.
—¿Puedes abrirla? —pregunte mientras sentía como ella se movía.
—Esta algo atascada, tratare más fuerte, comento mientras podía escuchar sus gemidos de cansancio al no poder con tan dura puerta.
—Si no puedes, podemos…—no pude decir nada más porque escuche como se abría algo. 
—¿Decías? —pregunto ____(tn) victoriosa y solté un bufido. Pude jurar que estaba sonriendo ante mi reacción, sin embargo no podía subir la vista, estaba muy ocupado tratando de que no se cayera.
—¿Ves algo? —le pregunte.
Ella no respondió y fruncí el rostro, ¿Por qué no me respondía? Si subía mi cabeza, no pasaría nada, ¿cierto? Comencé a mirar hacia arriba y vi como ella trataba de mirar algo. 
—No se ve nada… —dijo más para ella que para mí e hice una mueca. No teníamos lámparas ni nada para observar más allá de lo que la poca iluminación de este elevador daba. Suspire cansado, mis hombros comenzaban a doler y me empecé a tambalear, pero trataba de que no se notara.
—¡Hey no te muevas tanto! —me reprendió ____(tn), pero en mis hombros se sentía tanto dolor, trate de aferrarme a sus piernas todavía más, y ella dio un respingo, sin embargo no dijo nada. 
Di un paso en falso y escuche como ____(tn) se había golpeado con algo. 
—Me duele…—dijo en voz baja mientras se sobaba la cabeza. Me sentí tan culpable de haber visto esa escena, que quería gritar de impotencia. No quería lastimarla, genial Bieber, ahora ella te odiara. 
Agacho la cabeza y con mi ayuda, bajo de mi, y… y me sonrió. 
—Gracias…—dijo en un hilo de voz, cayendo desmayada en mis brazos. Rápido la tome y así evite que cayera al suelo de aquel lugar en el que estábamos.
La cargue en mis brazos y me senté en la esquina donde ella había estado mientras trataba de hacer que reaccionara, mientras el pánico crecía en mi. Gritaba “¡Ayuda! ¡Por favor, una herida!” estaba como loco, tratando de hacer que me escucharan y la chica no despertaba, comencé a darle leves golpecitos en la mejilla para que volviera a la realidad pero no volvía y me hacía creer en lo peor. Me maldecía a mí por haberle ocasionado esto. ¿Qué podía hacer? Su frente tenía un moretón y aquellos hermosos ojos estaban cerrados.
—____(tn) despierta por favor… soy un idiota, despierta… —dije zarandeándola para que reaccionara.
Pero era inútil. 


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3 horas.



Hace 4 años. 



Estaba muerta en vida. La gente no dejaba de venir a visitar a mi padre para darle el pésame por la muerte de mamá y eso lo odiaba. Sobre todo a las lagartonas que se aprovechaban de la condición de mi padre. Confiaba en él, no en esas zorras que solo querían obtenerlo. 

Ya había pasado una semana desde la muerte de mi madre, por cáncer en los huesos y no había ido a la escuela en ese tiempo, ni siquiera recuerdo la última vez que comí. Solo quería estar en mi habitación y llorar, descargar todo lo que sentía por dentro y esperar que Dios se apiadara de mí y me llevara con mi madre. Por eso estaba enojada con él. ¿Por qué no me llevo con él en vez de a mi madre? Ella pudo tener más hijos, no tenia porque morir. La vida era tan injusta y me dolía aprender eso a mis escasos 14 años. 

—Vamos, ____(tn) tienes que comer algo—dijo mi padre llegando a mi habitación con aquellas ojeras, muestra de que no había dormido. No lo había hecho porque había estado llorando noche tras noche. ¿Cómo lo sabía? Lo había escuchado murmurando “¿Por qué me has dejado Elizabeth?” a través de las paredes cuando creía que yo dormía. —Tenemos que ser fuertes, mi vida… tu madre —paso saliva fuertemente. Desde que murió le cuesta hablar de ella. —a tu madre no le gustaría verte así, ella quiere verte feliz.

¿Cómo sabía el lo que ella quería? Por si no se daba cuenta, ella estaba muerta. 

Lo único que hice fue abrazarlo fuertemente y arrancarme a llorar. No quería esto, ¿Por qué la vida me era tan difícil? ¿Qué había hecho para merecer esto?

—Me quiero morir… —dije en un susurro mientras lo abrazaba y él se separo de mí, enojado, lloraba y sus ojos estaban rojos.

—____(tn) Marie Kent, vuelves a decir eso y te juro que… —no termino la frase ya que suspiro, al verme como lo miraba con miedo. —Nunca digas eso, tú lo eres todo para mí, me moriría yo si te perdiera.

—Mamá era tan buena… ella no se merecía esto, papi. —comente balbuceando mientras cerraba los ojos para tratar de calmar las lagrimas y por el cansancio acumulado de estos días.

—Tal vez Dios le tenía un trabajo más importante allá arriba. —Dijo— Cada quien tiene una misión en la vida y la de tu mama ya terminó. Ella no querría que estuviéramos sufriendo así, le gustaría vernos unidos, felices… —dijo mientras su voz se cortaba, pero mantenía una sonrisa reconfortante hacia mí. 

Yo asentí, limpiándome las lagrimas que rodaban por mi mejilla, y le di una pequeña sonrisa. 
—Los Bieber nos han invitado a cenar, linda. —comento mi padre y yo lo mire confundido. Era raro cuando íbamos a cenar con ellos, pero la señora Pattie era de las mejores amigas de mamá, es obvio que se preocupara por nosotros. 

Ella era madre de Melinda y Justin Bieber y estaba casada con el abogado de papá, Jeremy Bieber. No me llevaba mucho con sus hijos, ya que Melinda apenas tenía 8 y aunque el chico, Justin tenía mi edad, parecía ignorarme siempre. No era muy cortes, sin embargo mi mamá decía que era un buen niño. No lo sabía. 

~O~

—Entra a casa, hija. —dijo la mujer algo desaliñada pero con una cálida sonrisa en su rostro al mirarme. —Ven Alan, Jeremy ya te espera en la terraza —dijo la mujer dándole antes un abrazo y después el yéndose a donde le había indicado.

Me gustaba la casa de la señora Pattie, me hacía sentir como antes de que le detectaran cáncer a mi madre, tan cálida, feliz. 

La mujer me dijo que fuera hacia el cuarto de Melinda, la cual tenía la puerta decorada por estrellas de todo tipo de tamaños y colores. Realmente brillante. De ahí provenía música, la cual parecía de desfile de modas, esos a los cuales mamá solía llevarme. 

—Y aquí observamos a Melinda Bieber, la modelo internacional más hermosa que se ha visto en las pasarelas. Lleva un hermoso vestido floreado y un sombrero que hace una gran…espera, ¿qué dice aquí Mel? — escuche una voz y abrí lentamente el cuarto, que estaba adornado con luces que parpadeaban en todo el lugar. Empecé a reír ante la escena, sin embargo ellos no habían captado mi presencia. 

La chiquilla que modelaba, hizo un berrinche y fue con su hermano, leyendo lo que decía la tarjeta.
—Dice “Gran combinación de colores y texturas, sin duda la mejor que hemos visto hasta ahora” que tonto eres, Justin. —dijo la niña dándole un golpe en la cabeza a lo que él solo soltó un quejido.

—Di que juego contigo, ya quisieran tus amigas tener un hermano como yo —contesto el chico y en verdad tenía razón.

Melinda era afortunada de tener un hermano que fuera capaz de jugar a ese tipo de juegos con ella. Ser hija única apestaba y sentí un tanto de envidia en ese momento. 

—Ya, ya basta de parloteo. Mira que me avergonzaras enfrente de la audiencia —dijo la niña y miro a los peluches acomodados en unas sillas enfrente de donde estaba ella.

Ahora si no aguante la risa y ambos chicos me miraron espantados, yo abrí los ojos y sentí que me sudaban las manos.

—Yo…eh… perdón. No quería interrumpir —dije avergonzada de mi actitud, y baje la cabeza, no fue hasta segundo después que sentí la cálida mano de Melinda, tomando la mía y llevándome a la que se suponía era la pasarela.

—No te apures, necesitamos otra conductora, mira que mi hermano apesta —dicho eso le saco la lengua a Justin, pero él seguía sin decir nada. Estaba callado mirándome y mirando a su hermana. La chica le quito el papel— Tu siéntate junto a Paul, serás parte de la audiencia —dijo y casi lo avienta. 

Justin sin decir nada se sentó en el suelo, mirándonos. Yo solo baje mi mirada, no estaba como para soportar las miradas de lástima que parecía que me daba. Nunca le había hablado a ese chico, solo para lo necesario y una vez, en kínder porque se le cayó un lápiz. Nada más. Y eso me hacía sentir incomoda ya que estaba “sola” con él, mientras Melinda se cambiaba de ropa, para modelar. La música comenzó y Melinda me hizo una seña de que comenzara a hablar, y así lo hice. Mi voz era temblorosa, pero Justin parecía no mostrarme interés alguno.

—Y aquí va Melinda Bieber mostrando un atrevido vestido rojo ¡Wow! ¡Esta chica sí que arde! —dije comenzando a reír ante lo que había escrito ella y Justin también pareció reír, mientras negaba con la cabeza ante las palabras de su hermana, ella salió con sus lindos rizos color chocolate y se movía como si la pasarela fuera de ella. 

Así nos pasamos la tarde-noche jugando a esto, y ambos, Justin como yo, estábamos mas sueltos, mientras sonaba aquella canción que estaba de moda en verano, ambos nos juntamos a Melinda y comenzamos a bailar como nunca lo había hecho, los tres reíamos y de pronto sentí una pizca de mi felicidad anterior. Como si todo lo que pasaba en mi vida no importara y solo estuviéramos Melinda, Justin y yo. El me tomo de la mano y me dio una vuelta a mí y a su hermana, riendo. 

Me preguntaba si esto sería el comienzo de una nueva amistad, de un nuevo amigo.


Todos brincábamos hasta que escuchamos un golpe del cual Justin ni yo nos habíamos percatado, Melinda se cayó y había comenzado a llorar.



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    5 horas.


____(tn) no despertaba y mis escasos gritos no habían servido de nada. Tenía hambre y sed y según mi reloj eran la 11 de la mañana. El vuelo de la chica salía en 7 horas, y aun seguíamos varados en este lugar sin nada. Tenía a ____(tn) acurrucándose en mi pecho, mientras yo tenía la garganta cansada por los gritos que di. Me recargue un poco en su cabeza y descubrí que su cabello olía a flores, justo como esa noche… 

Cerré mis ojos cansado, esto parecía un sueño y una pesadilla al mismo tiempo. Pesadilla porque no teníamos comida ni agua en este lugar del infierno y sueño porque estaba con ____(tn). Eso era lo único bueno y agradecí mentalmente por haberme quedado atrapado con ella, en vez de estar solo o con algún desconocido. 

Me fui sumiendo en mis pensamientos, hasta que sin darme cuenta, quede dormido, donde mi mente me llevaba al pasado…

—¡Mel! —grite mientras iba hacia ella, para abrazarla. Ella no dejaba de llorar y como si mi madre tuviera algún sexto sentido, llego a la habitación de mi hermana y prendió la luz, para encontrarnos a ____(tn) y a mí, los cuales estábamos asustados y a mi hermana que lloraba desconsoladamente.

—Oh Mel… no llores mi amor. —dijo mi madre con calma, mientras la cargaba en brazos y se sentaba con ella en la cama. 

—Me duele la cabeza —dijo y apenas se le entendió. Mi madre le dio un beso en la mejilla y le limpio las lágrimas mientras ____(tn) y yo éramos testigos de esta escena. 

Minutos después mi madre se fue con Mel, a la cual había hecho que dejara de llorar, prometiéndole un pony el cual por obvias razones no se lo concedería. 

Di un suspiro y vi a ____(tn), que permanecía inmóvil, mientras su cabello negro, ocultaba su cara y estaba sentada en una de las sillas de mi hermana. Se veía tan triste que me senté a su lado sin decir nada.

Papá decía que era como él. Callado con las chicas, pero que aun así mi encanto las hacia quererme. Eso no lo creía tanto ya que era muy tímido y las chicas se burlaban de mí desde primer grado cuando se me rompió el pantalón mostrando mis calzoncillos de Bob Esponja. Recuerdo que ____(tn) era la única que no se había burlado, pero tampoco había dicho nada. 

A ella le gustaba Bobby Stewart, ya que era el galán de la clase según mi mejor amiga Rose y su hermana gemela Julia. Era obvio que nunca tendría oportunidad con mi vecina. 

—¿Estás bien? — pregunte cuando al fin me arme de valor, ella subió su rostro y se limpio unas lagrimas. Era obvio que no estaba bien. —¿Te duele algo? Le puedo avisar a tu papá —le dije en un susurro a lo que ella negó rápidamente, ofreciéndome una sonrisa. 

—Papá me dijo que ya no me quería ver llorar por… tu sabes. —comento restregándose los ojos. Su madre había muerto hace una semana y lo sabía. Me dolía que estuviera así, alargue una mano en sus hombros, temeroso y le di un leve abrazo. 

Ella no pudo más y me abrazo, comenzando a llorar con fuerza mientras yo estaba en shock. Nunca fui bueno en consolar a alguien, así que solo la abrace con más fuerza y acaricie su cabello mientras dejaba que se desahogara.

—¿Por qué se tuvo que ir? No lo entiendo… —dijo en un susurro mientras se apoyaba en mi hombro y yo contuve la respiración. 

—Así es la vida, ____(tn)… pero míralo de esta manera. —me separe un poco de ella y me miro con sus ojos llorosos— Tu mamá ya no sufrirá mas y tendrás un ángel cuidando de ti en el cielo, mira lo afortunada que eres en ese sentido… —trate de hacerla sentir mejor, pero seguía llorando.

No sabía qué hacer, esto me era muy impotente. Verla sufriendo y no poder hacer nada.

Así que junte mis labios con los de ella, dándole mi primer beso. 

Solo cerré mis ojos y comencé a besarla, a pesar de que ella estaba en shock. Tomo mi rostro en sus manos y profundizo el beso, besándome de igual manera. Era nuevo en esto y no sabía qué hacer, solo me dejaba llevar.

—¡____(tn)! ¡Justin! ¡Bajen a cenar! —dijo y en eso los dos brincamos de un susto. Ni siquiera me atreví a mirarla, la había regado. Eso era más que evidente, pero ella me había correspondido… ¡Despierta Justin! ¡Lo hizo por lástima! Ambos bajamos sin decir nada, sin embargo la tensión se sentía.

En la comida nos sentamos separados, estaba bastante avergonzado de verla, sentía que en cualquier momento me gritaría en la cara la infamia que le había hecho, pero no lo hice. Aun así no me fie. Mi hermana ya estaba dormida por lo que me mantuve todo el tiempo callado y ____(tn) hizo lo mismo. 

Mis padres y el padre de ____(tn) hablaban bien, tratando de aligerar el ambiente.
—¿Pasa algo, Justin? —Pregunto mi madre al verme tan callado — Tú nunca te callas, cuando estamos comiendo —comento mi madre con una risa y señor Kent se rió. 

—¿Puedo retirarme? —fue lo único que dije y mi madre asintió, confundida ante mi actitud. 

Me fui de ahí sin mirar a ____(tn) o al señor Kent, si ella les iba a decir lo que había hecho prefería no estar presente al escuchar los adjetivos que ella emplearía como “Horrible, idiota, tonto, irrespetuoso” solo se me revolvía el estomago de que dijera algo así. 

Me dolería más que lo dijera enfrente de mí. 

Subí a mi habitación, no sin antes mirar hacia el comedor, donde vi como ____(tn) me miraba fijamente, pero no veía ninguna expresión en su rostro. Solo era una simple mirada.

¿Enojo? ¿Tristeza? ¿Impotencia? ¿Sorpresa? No tenía ni idea de lo que pasaba por su mente, pero no quería saber.
Me encerré en mi habitación y me avente a mi cama. Me golpeaba con la almohada y suspiraba con la impotencia en mi garganta, pero después había recordado el beso que le había dado.

Sabía que había hecho mal, pero no me arrepentía de nada. 

Desperté de aquel recuerdo y me quede observando a ____(tn). ¿Por qué no habría dicho nada? No lo entendía. Sin embargo le agradecía haber olvidado lo que había hecho.

Se comenzó a mover y supe que ya estaba despertando de aquel desmayo que había tenido y sonreí, se veía más radiante.

—Hola… —dije en un susurro mirándola como se estiraba, ella en mis brazos.

—Ese golpe me dolió —dijo y una risa se escapo de sus labios. Así era como la quería ver. Feliz. 

—Lo siento —le dije realmente arrepentido.

—No importa, créeme que me sirvió mucho para aclarar algunas cosas. —comento y yo la mire con confusión en mi rostro. 

Ambos nos quedamos mirando hacia otras cosas, pero eso sí, ella no se zafo de mis brazos y yo no tenía intención de dejarla ir.



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            6 horas.




Ambos nos comenzábamos a hartar de esta situación, sin embargo nadie hacia nada para quitar este silencio. Sabía que de los labios de Justin no obtendría respuesta así que comencé hablando yo.



—Y dime… ¿Qué vas a estudiar? —le pregunte mientras lo miraba. Estar así, entre sus brazos era cómodo y el no se veía como cansado de esto así que lo deje pasar.

—Pediatría —dijo y note como sus ojos desprendían un brillo y sonreí al notarlo. Se veía tan diferente a Connor y su “Lo que sea, con tal de conseguir dinero suficiente para mi gimnasio” Era un idiota.

—Oh… —fue lo único que pude decir ya que no sabía que decirle.

—Mi madre me conto que… —se vio las manos— Estudiaras actuación. ¿Te emociona la idea de ir a Suiza? —pregunto y por primera vez desde que había tomado la idea de ir a Suiza a estudiar, no me puse a pensar si era lo que en verdad quería. Esto había sido porque mi padre me había contado sobre como él y mi madre se conocieron ahí y siempre pensé que sería ahí donde conocería al amor de mi vida. Pero no. Ahora eso no me llamaba mucho la atención. 

—Si —mentí. No quería lucir mal, esta había sido mi decisión, ir a Suiza. Amaba la actuación, sin embargo no me había puesto a pensar en estar tan alejada de mi familia. —¿A cuál iras tu? —pregunte, mirándolo. Estábamos demasiado cerca, así que decidí quitar tal contacto, sabía que lo estaba incomodando. Parecíamos…. Parecíamos una pareja. 

—Iré a Yale, para tu sabes, estar cerca de casa, pero no tan cerca para no poder vivir la libertad —comento sonriéndome y asentí. Lo entendía. Al fin viviríamos como adultos, a pesar de que solo tuviéramos 18.

—Sí, aparte estoy segura de que Melinda te extrañaría demasiado. —La comunicación con la chiquilla de los Bieber había ido viento en popa desde aquella noche donde Justin y yo nos besamos. No había procesado bien esa noche, hasta que estaba enfrente de el chico que me dio mi primer beso.

Así es. Fue mi primer beso. 

Recuerdo que cuando se fue a su habitación no entendí el porqué de su actitud tan distante hacia mí, como si tuviera la culpa de algo. Desde ese día el hacia todo lo posible por evitarme, por lo que deje de tratar. Y entonces ahí fue cuando conocí a Connor un día en mi visita a la casa de los Bieber, para platicar con Melinda.

Pero bueno, eso ya era pasado.

Melinda y yo formamos una bonita amistad, eso sí. Éramos rivales cuando había ofertas en nuestras boutiques favoritas. Quién diría que una chiquilla de 12 próximos 13 podría hacerme ir al hospital por una nariz rota, pero sabía que no lo había hecho con intención, por dios, era como mi hermanita.

Ella era la única que sabía lo del beso entre Justin y yo, un día que me quede a dormir en su casa.
“—¿Y te gusto? —pregunto Melinda tomando una taza de chocolate caliente.

—¡Melinda! —ahogue un grito y me tape con la almohada riendo. Esa chica sí que era directa.

—¿Qué tiene de malo preguntar? Digo, soy tu amiga, ¿no? —dijo y yo asentí. 

—Pues…tú sabes…fue mi primer beso y…—no pude continuar porque empezó a gritar— ¿Qué ocurre? —pregunte espantada al ver su reacción.

—¿Mi hermano fue el primero en… —no dijo nada más porque me lance contra ella y le tape con mi mano la boca para que no dijera nada y le susurre un “shhh” y entonces me mordió.

—¡¿Qué te ocurre Bieber?! —le pregunte sobándome la mano.

—Obstaculizas la libertad de expresión. —era difícil ganarle a la hija de un abogado, sino vieranme en esa situación. 

—De acuerdo, su señoría. —conteste divertida.

—¿Entonces? —pregunto y se metió un bombón a la boca.

—¿Entonces qué? —pregunte, tratando de hacerme la que no había entendido.

—____(tn) Kent… —me miro mal pero ya no pudo decir nada más porque su madre nos llamo para cenar, donde Justin no estaba. 

—Fue con su novia, Rose. Verá una película—comento su madre y ahí fue donde supe que el solo había jugado conmigo. Claro estaba, tenía novia.”

—Perdón… ¿Qué dijiste? Me fui —dije riendo un poco. Aunque esa risa era al exterior, ya que en el interior me sentía confundida.

El me miro raro, sin embargo no dijo nada. 
—Sí, que Melinda me extrañaría, soy el único chico que consigue entender sus ataques psicópatas de compras. —dijo medio riendo. —Y yo también lo haría, esa chiflada es una de las personas más importantes en mi vida—me dio una media sonrisa y yo asentí.

—¿Justin?-pregunte en voz baja y entonces me miro. 

—¿Qué ocurre? —dijo, mientras recargaba su cabeza en la pared del elevador.

—Nada… no te apures. —dije en un susurro y baje mi cabeza.

Quería saber el porqué de aquel beso. Porque me había ignorado todo este tiempo. Tantas preguntas que quería que me contestara y estos instantes tal vez eran los últimos que tendríamos para vernos. No quería desaprovechar nada de esto. Necesitaba saber las preguntas que en mi mente se habían acumulado al paso del tiempo.

Justin Bieber siempre había sido un misterio para mí y no descansaría hasta saber toda la verdad. Aunque yo tuviera que contarle la mía. Aunque tuviera que confesarle que aquel beso, el cual me dio o mejor dicho me robo, me había gustado. 

Que todas esas veces en las que el fingía que no me conocía o no me dirigía la palabra me dolían. 
Que en mi memoria, antes de dormir, reproducía cada uno de los momentos antes y después de aquel beso, para que no se borraran de mis recuerdos.
Que más de una vez pensaba en Justin cuando hablaba con Connor.
Que estaba profundamente enamorada, de aquel castaño el cual había hecho que me golpeara con aquella puerta de emergencia. 
Que amaba a Justin Bieber. Esa era la verdad. Y ahora no podía ocultarlo.



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8 horas.


La siguiente hora con las únicas personas que tuve interacción fue con las que estaban en el mundo exterior. Justin permanecía callado y después del incidente, agradecía que así estuviera. 

Cuando por fin nos abrieron, vi a Melinda llorando, a mi padre, a Carl, a los padres de Justin y a unos guardias. Yo corrí hacia mi padre abrazándolo. El me devolvió el abrazo y acaricio mi cabello, como si hace una eternidad no nos hubiéramos visto.

Note que Justin estaba detrás de mí, donde Melinda lo abrazaba junto a sus padres y estos lo regañaban por no llevar su teléfono celular consigo. Melinda se acerco a mí y me abrazo, también re prendiéndome y diciendo que tenía que buscar el repuesto de un celular, aunque fuera uno viejo pero que se pudiera utilizar.

—¿Cómo supieron que estábamos aquí? —pregunte, evitando la mirada de Justin.

—Pues no sé, sexto sentido —contesto Melinda, y Carl nos miro a ambos con una sonrisa cómplice. No sabía porque lo hacía. Mi cabello estaba despeinado y tenía el labial corrido. Demonios.

—Aparte nos avisaron que el elevador estaba descompuesto. No sé como ustedes no supieron sobre eso. Para que la próxima vez pongan más atención. —comento mi padre serio, pero después me dio una sonrisa triste. —Tu vuelo sale en unas horas cariño. Creo que deberías ir a darte una ducha y descansar antes de esto. —me comento y yo asentí.

Me tomo del brazo con suavidad y ambos fuimos hacia las escaleras, donde por última vez le di una mirada a Justin, el cual me miraba a pesar de que su madre le hablaba. Así terminaría todo. Lo sabía, no debía fiarme de ningún chico Justin. 

~O~

Son las 6 con treinta minutos y estoy en la línea de abordaje para mi vuelo a Suiza. Donde comenzaría de cero. Mire a mi padre, el cual estaba junto a la directora y yo solo les sonreí y les dije con la mano adiós. Ellos me lo devolvieron y mi papá hizo prometerle que le llamaría cuando llegara. 

Me dolía dejar Nueva York. La ciudad donde crecí y viví lo mejor y peor de mi vida. Dejaría amigos, familia, y todo lo que conocía por un cambio. 

Suspire y rece, porque me fuera bien. Necesitaba algo que me dijera que estaba haciendo lo correcto, donde supiera que la vida que estaba eligiendo era la mejor para mí.

Lejos de la muerte de mi madre, de Caroline Smith y Connor Bieber, la que se suponía era mi mejor amiga y el mi novio, y sobre todo de Justin. De aquel chico que me hizo darme cuenta de que podía querer, pero que muchas veces no sería correspondida. Aquel que jugó conmigo. 

“Pasajeros con destino a Suiza, favor de abordar puerta A” escuche y mire hacia el frente. No había nada que me dijera que no lo debía de hacer, así que se suponía era lo correcto. 

Me coloque mis audífonos y comencé a escuchar “The mess i made” de Parachute y la melancolía vino a mí como un rayo. En parte era verdad. Hice un desastre y creo que la mejor forma era dejar ir todo esto. Pretender que nunca me le declare a Justin Bieber y que él me rechazo. Tal vez así mi corazón dolería menos y las lágrimas no saldrían. Pero ya era tarde y las lágrimas rodaban por mis mejillas, haciéndome querer cambiar de dirección, pero no. Era Suiza o ver a Justin Bieber con otra chica, besándose, teniendo lo que yo siempre quise: su amor. 
Abrí mis ojos y le entregue a la aéreo moza mi pase de abordar cuando escuche que gritaban mi nombre.
Voltee un poco pero no veía nada.

“¡____(tn), espera!”

Solo es tu imaginación, me decía.

“¡Por favor, no te vayas ____(tn)!” escuche de nuevo y vi a Justin Bieber parado detrás de la línea de abordaje, mientras unos grandulones no lo dejaban pasar.

Fui hacia allá con mis maletas y mire a los hombres.
—Por favor, diles que tengo que hablar contigo… —dijo suplicante y los hombres for-tachones me miraron, esperando una respuesta. —No me tardare lo juro.

—¿Puedo hablar con él? Juro que no tardare. —les dije y ellos me abrieron paso, camine hacia el rubio, mirándolo con los brazos cruzados. —Habla, que ya esperan que suba.

—Hable con Connor. Yo…yo no sabía que habían terminado. Lo siento. —dijo y arquee una ceja. ¿Era su primo y no sabía?

—¿Sabes porque termine con él? Jugo conmigo y se metió con mi mejor amiga. Por eso lo termine. Veo que se parece demasiado a ti. —conteste y el negó rápidamente con la cabeza.

—No es así, ____(tn). Déjame explicarte. Yo nunca jugué contigo…yo…—suspiro.

—¿Tu qué? —pregunte impaciente. 

—Yo he estado enamorado de ti desde siempre. Y cuando te digo que es desde siempre, así lo es. Desde que estábamos en kínder y tu…tu recogiste mi lápiz que se me cayó, cuando fuiste la única que no se burlo de que mi pantalón se hubiera roto, la única amiga que mi hermana tuvo hasta que cumplió los 10, la chica a la que le di mi primer beso. Solo tú. 

Dijo tan rápido que me costó digerir lo que había dicho. Todo eso era tan…cierto. Y lo recordaba. Recordaba aquellas cosas tan insignificantes. 

—¿Qué hay con Rose? Tu madre nos dijo que era tu novia.

—Mi madre solía bromear con eso porque ella era mi mejor amiga. Tenía una gemela llamada Julia, no sé si la recuerdas. Se mudo con su familia a Texas, entre esos meses donde te bese, ella estaba en planes de mudanza.

En ese momento me sentí una estúpida. Claro que era esa Rose. Ella, Julia y Justin eran inseparables, aunque no eran para nada agraciadas, más bien un poquito torpes.

—Yo… no sé qué decirte.

—Señorita, la estamos esperando. —dijo un guardia y volví a la realidad. 

—____(tn)… —susurro Justin con la voz entrecortada. 

Baje mi cabeza, tenía que aceptar mi destino.


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1 Año Después


—¿Qué clase tienes? —me pregunto Carl cuando nos encontramos en los pasillos de la universidad. Ya habían pasado cinco meses de aquel incidente en el elevador y ahora ambos podíamos decir que éramos universitarios.

—Anatomía, ¿y tú? —pregunte haciendo una mueca, esa clase no era la mejor que tenia, sin embargo era esencial.

—Yo tengo Ciencias Sociales —hizo una mueca. Mire mi horario fijamente y me di cuenta de que estaba en un error.

—Sí que estoy idiota, tengo libre esta hora. Me fije en el horario del lunes. —comente riendo y el negó con la cabeza como diciendo “Vaya bobo” 

—¿Qué haces aquí? Ve y corre hacia el edificio de artes—dijo medio gritando y entonces caí en la cuenta. 

Me fui corriendo lo más rápido que pude, no sin antes dejarle mis libros a Carl para que los llevara al dormitorio. Todo había estado marchando de maravilla en este tiempo y me alegraba de que así fuera, ya no había tanta tensión y en si New Haven tenía que llamarse “New Heaven” (Nuevo Cielo) para mí, porque en verdad lo era. Era una nueva etapa y quería aprovecharla lo más que podía. 

Observe como ____(tn) caminaba y reía con un par de chicas. Se veía tan hermosa, siempre lo hacía pero cuando sonreía y reía era lo más bonito que podías ver en ella. 

Mientras observaba unos avisos pegados en el mural de la academia, puse las manos en su cintura, abrazándola por detrás. Ella pego un gritito pero después se dio cuenta de que era yo y se relajo, apoyándose en mí.

—Ehh… luego te veo Ali —dijo una de las chicas, creo Sophia se llamaba. —Justin, le dices a Carl que le mando saludos —dijo y se fue con otras chicas. ____(tn) sonrió mientras le daba un beso en la mejilla.

Al final ella decidió quedarse conmigo e ir juntos a Yale. A su padre no le encanto la idea, de hecho la amó. Y más que nosotros estuviéramos juntos. De hecho todos sabían de nuestro enamoramiento, menos nosotros. Cosa rara.  *_*


—¿Cómo estás? —dije separándome de ella, para voltearla. Ella puso sus brazos en mi cuello y beso la punta de mi nariz.

—Muy bien ahora que viniste. ¿Tenias libre hoy cierto? No quiero ser la responsable de que te vuelvas en un rebelde —dijo jugando y yo junte su frente con la mía. Sus hermosos ojos oscuros me reflejaban y sabia que los míos la reflejaban a ella, porque eso es lo que estaba en mi mente. ____(tn) y solamente ella. 

—Puedo ser rebelde si quieres —le dije con provocativa voz y ella comenzó a reír y yo le seguí no pudiendo evitarlo.

—Vaya, un novio chistoso y rebelde. Que afortunada soy —dijo sonriendo ampliamente y acorte nuestra distancia con un largo y dulce beso. 

—Todo sea por ____(tn) Kent, la hermosa dueña de mi corazón.

Sabía que esto solo era el inicio de algo hermoso entre nosotros, y agradecía a Dios por esta oportunidad que no pensaba desaprovechar.

Pero también agradecía a aquel idiota que hizo que el elevador se averiara. Que más tarde descubriría que había sido Connor, por oprimir todos los botones a la vez, como el inmaduro que es.

Gracias elevador, Connor y Dios. Gracias por entregarme al amor de mi vida. ♥


Fin....